La madre tierra responde a la cuarentena


En estos últimos días hemos sido testigos de diversas reacciones a nivel mundial ante el coronavirus, hay quienes se han dedicado a estar atentos a lo que sucede en su entorno y seguir en profunda reflexión. Conversando con amigos, familiares, clientes, pacientes y alumnos me doy cuenta que somos muchos quienes estamos dispuestos a ir hacia adentro, haciendo de esta experiencia un gran aprendizaje que nos permita prepararnos para este cambio de paradigmas, que hace rato, viene mostrándose en todos los ámbitos posibles.
La propagación sin precedentes del coronavirus alarmó de tal manera a los países, que empezaron a decretar “la cuarentena” sin importar la forma de gobierno ni las economías que los rigen.   Medida que se ha ido replicando de país en país a fin de disminuir la propagación y contagio de este virus.
Esta cuarentena como todos hemos experimentado, nos obliga a permanecer dentro de nuestros hogares y trae como consecuencia inevitable un recogimiento que nos impone a estar con nuestros familiares y lo que es peor para algunos, a estar consigo mismo. Esta quietud impuesta por un ser microscópico capaz de doblegar gobiernos y someter a poderosos inversionistas, ha impactado también el consumo de todos los rubros, originando en los inversores una gran angustia por la caída de las bolsas de valores en todo el mundo, proyectándose una recesión en la economía global.
Como ustedes verán, a nuestra madre tierra, nuestro único hogar, la baja de las bolsas de valores, ni la disminución del comercio le genera ninguna angustia. Muy por el contrario, nuestra madre tierra está respirando y limpiándose de tanta contaminación, pareciera que incluso nuestro transitar acelerado, constante y desmedido, así como, nuestros excesos en el consumo y necesidad de devorar todo lo que encontramos a nuestro paso le impactan en gran medida, siempre lo hemos sabido, pero nunca nos habíamos detenido ni logrado ver ese impacto, sino hasta ahora.
La disminución de la actividad industrial, del tránsito vehicular y del consumo humano han impactado de manera favorable y contundente a nuestra madre tierra, este vehículo que nos transporta gratis por todo el sistema solar empieza a mostrar síntomas de mejoría, pareciera que ya puede respirar mejor, su atmósfera y aguas han mejorado tal como podemos observar en el link de la National  Geographic que les dejo al final de este artículo.
Tal vez el “globo de ensayo” del que tanto hablan algunos, es de nuestra madre tierra, tal vez después de esta cuarentena hayamos aprendido que somos capaces de vivir de otra manera, una manera más humana y menos devoradora en armonía con el ambiente del que formamos parte indisoluble, tal vez nos demos cuenta que necesitamos menos para vivir más, que gran lección nos ha dado la biología en todas sus formas.
Una razón más para reflexionar sobre el ¿por qué? y el ¿para qué estamos aquí? Estamos viviendo esta experiencia que día a día no deja de dar respuestas a muchas preguntas. No olvidemos que somos habitantes de un mismo planeta. Quizá esta experiencia sirva para entender que eso que siempre nos hicieron ver como externo (“medioambiente”) no está fuera, sino que somos parte de él y por ello, todas nuestras acciones u omisiones repercuten en el todo y hacia los demás.
Si realmente nos ocupamos de nosotros mismos eso nos lleva a ocuparnos del otro. Ocuparnos del otro no implica que dejemos de ocuparnos de nosotros, a eso llamo cuido y en ese cuidar en equidad, sin ego, donde es posible establecer una relación sana de equilibrio y respeto, es donde el dar y recibir se conjugan sin fronteras. Eso es amor.
Entonces comparto con ustedes estas reflexiones: ¿Qué puedo hacer por mí en este momento?, ¿Estoy disponible para hacer algo por quienes amo?, ¿A qué me comprometo para compensar el aire que respiro cada segundo, el agua que me limpia e hidrata?, ¿Qué puedo hacer por la tierra que piso, me alimenta, me sostiene y me conduce por el camino elegido?, ¿Qué puedo hacer por el sol que me acompaña y calienta mi piel, por el canto de los pájaros que siempre me cantan una canción sea merecedor o no de ella? Todos estamos en todo, empecemos a ocuparnos si queremos ser parte de la nueva humanidad. 

“Nadie puede pretender negar la técnica, el uso de instrumentos, el beneficio de usar prudentemente de la naturaleza. No se trata de un sueño regresivo a la vida primitiva, sino de actuar con nuestra tecnología pero conforme a las pautas éticas originarias en su relación con todos los entes. Si nuestra condición humana nos dota de una mayor capacidad para idear instrumentos y herramientas, cabe pensar que no lo hace para que nos destruyamos mejor entre nosotros y hagamos lo mismo con los otros entes hasta aniquilar las condiciones de nuestra habitabilidad en el planeta (…) Durante siglos se resistió el avance de los derechos humanos afirmando que el principio de igualdad es un mito, lo que aún repiten –o piensan sin decirlo- quienes racionalizan cualquier clase de discriminación y privilegio. Nadie pretende que haya un organismo Tierra del que todos seamos parte y que un intérprete de éste nos esclavice pretendiendo asumir su voz. Por el contrario: se trata de reconocer que debemos actuar respetando a otros seres con derechos y cuyo reconocimiento es condición de nuestra propia supervivencia como especie interdependiente de otras y de otros entes terrenos en su existencia, es un fortalecimiento de la capacidad de escucharnos entre nosotros y de escuchar lo que nos dicen todos los demás entes del planeta.” (PP 17-134)
Eugenio Raúl Zaffaroni (2011) La Pachamama y el humano. Buenos Aires: Ediciones Colihue y Madres de Plaza de Mayo.
Zaffaroni es abogado penalista argentino y actualmente es Juez ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). 




Lcda. Dulayna Ávila. Terapeuta Gestatl. Máster en PNL. Máster en Nuevas Constelaciones Familiares.
Instagram: @entredoss22



Comentarios

  1. Gracias Dulayna. Tienes toda la razón, la civilización nos fue alejando de nuestros orígenes y la conexión por la naturaleza. Empezamos a dar todo por sentado sin establecer empatía con los demás factores bióticos y abióticos. Como todo es perfecto, la Tierra encontró un modo de recobrar el equilibrio perdido. Y nosotros, debido a una parada forzosa nos estamos viendo obligados a viajar adentro al territorio personal y familiar.
    Tú dices por allí en el artículo que debemos aprender a vivir con nuestra tecnología de una manera más sana con la naturaleza. Necesario es saber que ya en casa hay un hervidero de situaciones que intentan solaparse con el uso de aparatos tecnológicos. Sorprende que, fenomenologicamente se cae el internet, la señal de netflix, el directv no funciona bien, etc. Y, queda la gente frente a frente preguntándose ¿qué hago? ¿Y ahora qué debo hacer? ¿Hasta cuándo será esto? Lo veo como un mensaje de la naturaleza diciéndonos no sigas evadiendo el trabajo que tienes que hacer. Gracias

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

“NO QUIERO CRECER” I PARTE

Y TU… ¿QUIÉN ERES?

Búscame en el Arco Iris y en el vuelo de las Mariposas