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Mostrando las entradas de marzo, 2020

HACIENDO PESTAÑITAS

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En consulta, así como también compartiendo con mis amigas, escucho con mucha frecuencia algunos comentarios referidos a mis bellos y queridos amigos a quienes siempre apoyo ante todo, muy a pesar del género femenino del cual orgullosamente soy parte activa. Lo cierto es que muchas mujeres refieren que sus parejas “no las entienden”, “que ellos deberían saber”, “darse cuenta”, “imaginar”, “pensar en”, “porque además es lógico y obvio” y concluyen diciendo: “es que las mujeres somos de venus y ellos son de marte,” es cuando les pregunto al comité inquisidor de la figura masculina: ¿son marcianos?, respondiendo inmediatamente casi a coro: “hombres, son… hombres”, y les digo: ¡claro que son hombres! Claro que son hombres, con un mundo propio, una mentalidad propia donde no cabe la adivinación, procesos de pensamientos ajenos a ellos y no porque sean hombres, es porque son seres humanos como nosotras, con procesos de comunicación y lenguaje individual que se expresa por medio de

SIEMPRE PODRÁS ENAMORARTE Y AMARAS HASTA TU ÚLTIMO RESPIRO

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Un caballero en consulta me comentaba que se había enamorado una sola vez. Ahora casado y con dos hijos pequeños, dudaba que volviera a enamorarse, ese hombre aun no llegaba a sus 40 años, luego de algunas reflexiones le pregunté: ¿Qué te hace pensar que no vas a volver a enamorarte?, él me respondió con cierta angustia: “porque no me enamoré de mi esposa, ni ahora ni antes de casarme”. Recordé entonces a otros caballeros entre los 50 y 65 años quienes me referían que se habían vuelto a enamorar, también recordé a mujeres de más de 50 años disfrutando del enamoramiento. Lo cierto es que para enamorarse no hay décadas ni años, enamorarse es algo que pasa mientras estás vivo, mientras respiras y sientes, probablemente alguna herida emocional pudo haber cerrado tu corazón temporalmente para esa emoción, y hayas probado la amargura del desamor. Tal vez el miedo no te haya dejado volver a flotar entre las nubes y tener esa sonrisita que delata, pero apenas te liberas de ese dolor

La madre tierra responde a la cuarentena

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En estos últimos días hemos sido testigos de diversas reacciones a nivel mundial ante el coronavirus, hay quienes se han dedicado a estar atentos a lo que sucede en su entorno y seguir en profunda reflexión. Conversando con amigos, familiares, clientes, pacientes y alumnos me doy cuenta que somos muchos quienes estamos dispuestos a ir hacia adentro, haciendo de esta experiencia un gran aprendizaje que nos permita prepararnos para este cambio de paradigmas, que hace rato, viene mostrándose en todos los ámbitos posibles. La propagación sin precedentes del coronavirus alarmó de tal manera a los países, que empezaron a decretar “la cuarentena” sin importar la forma de gobierno ni las economías que los rigen.   Medida que se ha ido replicando de país en país a fin de disminuir la propagación y contagio de este virus. Esta cuarentena como todos hemos experimentado, nos obliga a permanecer dentro de nuestros hogares y trae como consecuencia inevitable un recogimiento que nos impone a

CORONAVIRUS: Entredós y mas

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En estas últimas horas el coronavirus ha tocado nuestro territorio y cuando hablo de territorio, hablo también de nuestra presencia, nuestro cuerpos mentales y emocionales y en algunos casos el cuerpo físico. Hoy entonces, nos encontramos expuestos a enfermarnos y por las características y novedoso de este virus tenemos la probabilidad de un 2% de morir. Este 2% podría ser un porcentaje muy alarmante para algunos y para otros despreciable a tal punto de no seguir las recomendaciones ya conocidas a fin de evitar el contagio y la propagación del coronavirus. El saber que podemos enfermar en cualquier momento y que una gripe puede extinguir nuestra vida física nos llena de miedo, temor e incertidumbre, en algunos casos es tan drástica la revelación que muchos en su falta de humildad se creen invulnerables y no acatan las recomendaciones mínimas desafiando de esta manera a la muerte y exponiendo en consecuencia su vida y la de sus seres queridos. Solo la consciencia y l