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Mostrando las entradas de abril, 2020

Familia: Tu casa es casa de locos... Y la mía también

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Se dice que la familia se forma cuando dos personas se unen, realmente lo que sucede es que se unen dos familias, el individuo de por si es un fractal de su propia familia, es decir, cada persona trae consigo a su clan, a su grupo familiar, ustedes se preguntaran: ¿Cómo es eso? La persona, el individuo forma parte de un sistema familiar, está impregnado de historias, vivencias y realidades a veces desconocidas para sí mismo, sin embargo, no se escapa de las implicaciones de pertenecer a ese sistema familiar. Esta es la razón por la que les digo que cuando se unen dos personas se unen dos familias, claro está, para formar una nueva familia. Escuchamos con frecuencia que cuando dos personas se casan también se casan con la familia, y es así, independientemente que haya o no matrimonio. Esto que les comparto nada tiene que ver con vivir en la misma casa con otros miembros de la familia de la pareja, realmente no hace falta, con vivir con el “individuo” elegido es s

Madre solo hay una… Gracias a Dios.

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Siempre se habla del infinito amor de las madres hacia sus hijos, pero nunca se habla del amor de los hijos por su madre.   Desde la mirada de las Constelaciones Familiares hablamos de “el amor ciego”, eso que hace por ejemplo que un hijo o hija asuma “el yo por ti” o “yo como tú”. Cuando hablo de “amor ciego” me refiero a esa fuerza inconsciente que lleva a una hija o hijo a asumir lo no resuelto por su madre, viviendo por ella o como a ella le hubiese gustado que fuera su vida, todo esto bajo su propia percepción y desde lo que la persona cree que es su propia historia. Es parte de lo que se conoce como “las lealtades invisibles”, por ello todo lo que hace una mujer que es madre en beneficio de atender su vida, su historia y sus heridas es el mejor regalo que puede darle a sus hijos, este es un camino complejo, sabemos que vivir atentos y desde el adulto no es fácil, cuando decidimos crecer y hacernos responsables de nuestra propia vida vemos que nuestra historia es

VENGO A QUE ME DIGAS MI FUTURO.

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Estando en consulta le doy la bienvenida a una persona muy simpática, quien luego de saludarme se acomoda en la silla correspondiente y me dice: “Vengo a que me digas mi futuro”. ¿Quién puede con semejante desafío?, y mientras escribo viene a mi mente un merengue muy famoso del año 1978 de la orquesta Billo´s Caracas Boys titulada “El Brujo”, les invito a escucharla y si quieren la bailan. Entre las variadas consultas que me solicitan también está la lectura de las cartas del tarot, como algunos sabrán también soy taróloga y debo decir que fueron mis inicios en este mundo como facilitadora para el Desarrollo Humano y Espiritual, obviamente mis consultas en este ámbito al igual que yo, han venido evolucionando en el tiempo. Ante este desafío y un nivel de expectativa que no cabe en el consultorio por parte del consultante, le miro e inevitablemente comprendo su solicitud, con absoluta empatía le pregunto: ¿Conoces tu presente, sabes en qué punto de tu vida estás, sabes lo