CUANDO UNA AMIGA SE VA… ¡Y EN EL CIELO NO HAY WHATSAPP!

Hay personas que llegan a nuestra vida para formar parte de nuestra historia. Son personas que nos marcan bonito y para siempre, tanto que es imposible seguir siendo los mismos de antes de conocerlos porque nos acompañan en esas etapas de evolución y transformación profunda que requieren siempre de mucha valentía. Son esas personas que siempre creen en ti, en lo que haces, que incluso creen que eres capaz de cosas que ni te imaginas y siempre, siempre ven lo mejor de ti y hacen aflorar lo mejor.

Si me preguntaran ¿Cuál es tu palabra favorita? yo dijera: “amiga”. Creo que la vida escoge unos seres realmente especiales y los va colocando en el camino, son esas personas que van creciendo contigo con el pasar de los años y se van quedando, que conocen tus secretos y jamás los contarían, literalmente jamás, a esas mujeres maravillosas de corazón de oro, llenas de aciertos y desaciertos tanto como yo, son a quienes yo llamo “amiga” o hermana de la vida, porque siento que fuimos gestadas en el útero de la existencia misma. 

Esa persona que llora con tus lágrimas y ríe a carcajadas con tu boca y además te llama para que la acompañes a reírse de sus miedos y preguntarte si también son los tuyos. Una amiga te deja ver a través de ella su vida sin temor a ser juzgada, porque jamás, literalmente, jamás ella lo haría. Te presta sus sueños sin temor a que se los rompas o descosas, de pronto tal vez, para eso lo ha hecho, simplemente para que la ayudes a aterrizar y para que vayas practicando cómo hacerlo cuando te toque a ti. Por si fuera poco, se arriesga contigo y te apoya en tus locuras como si fueran las de ella, porque cree más en ti que tú misma.

Cuando una amiga se va no hay lagrimas suficientes ni recuerdo que alcance, el dolor de la ausencia es inevitable y el amor crece aún más cuando te das cuenta que esa persona forma parte de tu historia y se ha integrado por completo a ti. Yo soy una afortunada, mi amiga decía que ella era la presidenta de mi club de fans y ahora está en el cielo ejerciendo su presidencia desde allá, hasta eso es capaz de hacer una amiga por ti… aunque en el cielo no hay WhatsApp, sé que recibe mis mensajes, sigue llorando con mis lagrimas y riéndose con mi boca.

Gracias amigas del alma…

En homenaje a Loly, Mariela y Diana con mi profundo agradecimiento a sus familiares y amigos.