Padre… amado, odiado o excluido




La figura del Padre es muy controversial en nuestra sociedad, a diferencia de la Madre que solo hay una y gracias a Dios, escuchamos que “padre no es el que engendra, padre es, el que cría”, esta frase marca  una profunda exclusión, que deja huellas profundas en el individuo y genera un gran desorden en el sistema familiar, visto desde las Constelaciones Familiares, que están fundamentadas en lo que Bert Hellinger (su principal precursor, difusor y responsable de la evolución de esta técnica que ha trascendido a una filosofía de vida),  llamo las Órdenes del Amor.

Estas Órdenes del Amor están contenidas en tres leyes, una de ellas es la Ley de Pertenencia, de la cual hablamos en mi artículo de “Familia…tu casa es casa de locos y la mía también”. Como recordarán esta Ley de Pertenencia nos dice que todos y cada uno de sus miembros tienen el derecho a pertenecer a ocupar un espacio dentro de ese sistema familiar, cuando no tomamos o aceptamos a papá lo estamos excluyendo generando entonces lo que llamamos “desorden”.

Definitivamente para todo quienes lean este artículo, les informo que el Padre es el padre, halla criado o no halla criado, no tendríamos una madre sin un padre, así que gracias a papá tenemos a mamá y eso es suficiente, además desde la mirada de las Constelaciones Familiares los progenitores ya ocupan su lugar de Padre y Madre por el hecho de darnos la vida, ellos son vehículos o instrumentos de la fuerza mayor para darnos la vida y traernos a esta experiencia del vivir. La sociedad y la cultura por razones obvias han puesto un peso muy grande sobre los progenitores y los hijos no dejamos de cuestionarlos, señalarlos y de pensar que somos mejores o lo hubiésemos hecho mejor que ellos, faltando de esta manera a la segunda Ley de los Órdenes del Amor, la Ley de Jerarquía, de la que hablare en otro artículo.

Estas omisiones a esas dos leyes de las Órdenes del Amor, traen como consecuencia un desequilibrio en la tercera Ley, que es el Equilibrio entre el dar y tomar, es decir el agradecimiento, si no agradecemos la vida como nos fue dada, entonces estamos faltando a esta tercera Ley, el desorden sistémico es tal, que el individuo se encuentra descompensado ante la vida por no tomar a papá y desde allí no “asiente a la vida tal cual es” (primera fuerza del amor descrita por Brigitte Champetier).

Desde la visión de las Constelaciones Familiares sabemos que cuando se excluye a alguien o se rechaza por las razones que sean, se pierde la sintonía con la vida y la fuerza vital disminuye, eso sucede tanto a hombres como mujeres, y por supuesto repercute en nuestra prosperidad y abundancia, entendiendo que la prosperidad y abundancia abarca todos los ámbitos de nuestra vida y en la manera de relacionarnos, así como también en las personas que elegimos como pareja, es muy posibles que estas personas que no han “tomado” a papá tengan problemas a futuro con sus propios hijos, figuras de autoridad como jefes, supervisores y lógicamente con la pareja..

Algunos se preguntarán que hacer al respecto, otros se quedarán con la “ganancia” de no reconocer a su padre pagando un alto precio con sus vidas por esa exclusión.  No obstante, el amor que nos lleva a escoger ese padre es infinito, esas son dinámicas inconscientes que tienen que ver con lealtades invisibles, campos de resonancia y los campos mórficos, sé que en este momento a algunos de ustedes estos términos les resultan novedosos, pues es un excelente comienzo para una serie de artículos en los que estaré profundizando un poco más de estos términos.

Para otros el Padre es el amor de sus vidas independientemente de su género, es el ejemplo a seguir, el héroe y el perfecto, esta percepción puede desencadenar algunas dinámicas no muy agradables, se desatan relaciones de resentimiento, rencor, amor y odio en torno a esta figura, como verán la complejidad ante la figura paterna abarca dimensiones complejas. Encontramos casos en mujeres que aman tanto a su padre considerándolo perfectos que no consiguen pareja porque tiene que ser “como mi papá” o “mejor que papá, en el caso de los hombres, guardan un profundo resentimiento por el hecho de sentirse disminuidos ante la figura paterna por considerarlo inalcanzable e inmejorable, en fin son dinámicas invisibles que se establecen en los ya mencionados sistemas familiares.

Lo más importante en este artículo es hacerles la invitación a tomar el vínculo con papá allá estado presente o ausente, sea accesible o inalcanzable, es momento de tomar esa fuerza de papá para ir con fuerza a la vida y en agradecimiento escribir nuestra propia historia, de eso se trata, del empoderamiento del individuo y de ejecutar tu propio plan de vida que solo podrás hacerlo abrazando a ambos progenitores, recuerda que no hay un padre sin una madre y una madre sin un padre.

Entonces podemos decir: Gracias mamá por haberme dado a mi Padre, gracias Padre por haberme dado a mi Madre.  Si te entusiasma te regalo este ejercicio propuesto por Bert Hellinger para tomar a papá:

Querido papá, tomo la vida de ti, toda entera, con lo bueno y lo no tan bueno, y la tomo al precio entero que a ti te costó y que a mí me cuesta, la aprovecharé para alegría tuya (y en tu memoria-si ya murió) No habrá sido en vano, la sujeto firmemente y le doy la honra, y si puedo, la pasaré, como lo hiciste tú. Te tomo como mi padre, y tú puedes tenerme como tu hijo(a) Tú eres el verdadero para mí, y yo soy tu verdadero hijo(a) Tú eres el grande, yo el (la) pequeño(a) Tú das, yo tomo. Querido papá:  Me alegro que hayas elegido a mamá, ustedes dos son los únicos para mí, sólo ustedes!



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