“NO QUIERO CRECER” II PARTE
En la primera parte de este
artículo comentaba algunos encuentros que me hicieron reflexionar sobre la
complejidad de crecer, de hacerse adulto y madurar. A veces para algunas
personas resulta profundamente doloroso hacerse responsables de sus vidas y
decisiones, a algunos les genera un profundo miedo y se quedan en el eterno
niño que se siente indefenso ante las circunstancias, victimizándose,
sintiéndose unas veces con más suerte que otras. Todo se complica cuando empiezan
a culpar o responsabilizar a otros de lo que les pasa, sin reconocerse como
parte activa de la incidencia de sus propias acciones en sus vidas.
Entonces
¿qué es crecer?, ¿qué es madurar?, ¿qué es hacerse adulto?, todo ello tiene que
ver con el desarrollo fisico, emocional y mental del individuo. Crecer,
obviamente nada tiene que ver con la estatura que alcances, ni con los años
cumplidos, tiene que ver entre otras cosas, con la capacidad que desarrolles
para darte cuenta de tus fortalezas y áreas a mejorar para enfrentar los retos
del día a día, la seguridad afectiva que lejos de debilitarte te fortalezca, la
exploración y el conocimiento de ti mismo y la capacidad de entender que estás
en un proceso de constante cambio y crecimiento.
Madurar
por ejemplo, es alcanzar el desarrollo completo, podemos decir en consecuencia,
que estamos en constate desarrollo y proceso de maduración, el hacernos adultos
implica conocerse en las diferentes facetas de la vida, aceptarnos en los
desaciertos, aprobarnos en los aciertos, reconocer nuestros alcances así como
también las limitaciones y observar como actuamos ante las diferentes
situaciones que se presentan día a día en este reto que es la vida misma.
Es
importate que siempre tomes en cuenta que tal vez, en este andar, puedes
equivocarte porque la vida no tiene un “Manual” de cómo vivirla, ten la
apertura para darte cuenta que algunas acciones no te condujeron a lograr lo
que esperabas, sé flexible y haz algunos cambios cretivos y factibles.
Oportunamente evalúa si el camino elegido para alcanzar tu objetivo te está
llevando a él, de no ser así, seguramente en ese andar aprendiste otras cosas
interesantes que te servirán de referencia.
Desde
esa energía de aprendizaje y no de fracaso, podrás darte el permiso de intentar
otras maneras más asertadas y creativas que te llevarán al logro de lo que te
propones, el secreto es intentarlo, observar, revisar que resultó y que
no, la clave… revisa de nuevo tu
objetivo y evalúa si es factible con los recursos que tienes disponibles y en
el tiempo que planteaste inicialmente para su ejecución y puesta en marcha; tal
vez es necesario que hagas algunos ajustes más realistas que te lleven a
lograrlo.
De
esta manera estarás haciéndote cargo, creciendo, responsabilizándote, madurando
y practicando eso que llaman ser “adulto”. La vida es sólo para valientes, te
invito a esta aventura que es crecer.
Complementaria la idea diciendo que no hay errores como tal, sino decisiones con consecuencias inesperadas; por eso la necesidad de ser responsable con uno mismo y con quiénes te rodean 🌟
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