HACIENDO PESTAÑITAS
En consulta, así como también compartiendo con mis amigas, escucho con mucha frecuencia algunos comentarios referidos a mis bellos y queridos amigos a quienes siempre apoyo ante todo, muy a pesar del género femenino del cual orgullosamente soy parte activa.
Lo cierto es que
muchas mujeres refieren que sus parejas “no las entienden”, “que ellos deberían
saber”, “darse cuenta”, “imaginar”, “pensar en”, “porque además es lógico y
obvio” y concluyen diciendo: “es que las mujeres somos de venus y ellos son de
marte,” es cuando les pregunto al comité inquisidor de la figura masculina:
¿son marcianos?, respondiendo inmediatamente casi a coro: “hombres, son…
hombres”, y les digo: ¡claro que son hombres!
Claro que son
hombres, con un mundo propio, una mentalidad propia donde no cabe la
adivinación, procesos de pensamientos ajenos a ellos y no porque sean hombres,
es porque son seres humanos como nosotras, con procesos de comunicación y
lenguaje individual que se expresa por medio de palabras.
Lo cierto es que
algunas mujeres pretenden que sus hombres las intuyan, las adivinen, supongan,
sepan, porque para ellas es obvio, que tiene que ser de una manera u otra y
resulta que esas creencias de cómo “debería ser” se convierten en barreras de
entendimiento y comunicación, afectando la relación de pareja y pudiendo ser
interpretada como falta de amor e interés de parte del hombre elegido, peor
aún, he visto que esto se contagia a algunos hombres que también empiezan a
tener este tipo de pretensiones al que llamare “SDAM” o “SDAF”, es decir,
“síndrome de déficit adivinatorio masculino o síndrome de déficit adivinatorio
femenino, según sea el caso.
Si bien es cierto,
que los hombres y mujeres somos diferentes, no porque ellos sean marcianos y
nosotras venusinas, sino que, así como a nosotras nos cuesta ubicarnos
espacialmente derecha, izquierda, encontrar direcciones, incluso encontrar
cosas dentro de nuestras propias carteras, pues a ellos eso de la adivinación,
intuición, presunción les cuesta. Entonces expresemos nuestras ideas,
pensamientos y deseos con P A L A B R A S, evitando el doble mensaje y la
manipulación para llegar a acuerdos, hacer pactos y comunicar nuestros deseos.
Ahora, si se trata
de una insinuación para propiciar la intimidad puedes probar haciendo
pestañitas, eso se logra con un buen rímel, cerrando y abriendo rápidamente tus
parpados, aleteando las pestañas y aproximándote lentamente a los ojos de tu
pareja, pestañitas con pestañitas, las de él y las tuyas, (esos son besos de
mariposa), tal vez así, en ese momento teniéndolo muy cerquita él intuya lo que
deseas, ellos son muy buenos para descifrar ese lenguaje de pestañas.
A ver... y tu que opinas ? Que quisieras decir con tus pestañas ?
Lcda. Dulayna Ávila. Terapeuta Gestatl. Máster en PNL. Máster en Nuevas Constelaciones Familiares.
Instagram: @entredoss22
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